El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias, asociada con hiperreactividad a algunos estímulos externos (componente alérgico).
La consecuencia es la limitación en el flujo del aire al pulmón debido al estrechamiento de los bronquios, también llamado broncoespasmo.
Imagen 1. Dibujo representativo de un bronquiolo normal a la izquierda y otro inflamado en el asma a la derecha. Fuente: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000141.htm
Causas del asma.
El asma es una enfermedad multifactorial, la susceptibilidad genética es muy importante, y los factores medio ambientales también influyen en la aparición de la enfermedad.
Asma y genética.
Se han identificado algunos SNPs (polimorfismos de un solo nucleótido) que son variaciones genéticas presentes en al menos el 1% de la población, fuertemente relacionados con la expresión del asma: ORMDL3 (rs7216389); variaciones en el gen de Interleuquina 33, IL-33 (rs928413), IL-13 (rs20541) y de la Interleuquina 4, IL-4 receptor alpha (rs1805010) (Liu et al., 2015).
Asma y desencadenantes medio ambientales.
Algunos desencadenantes comunes del asma incluyen pelaje de mascotas, ácaros, medicamentos (aspirina), cambios abruptos de clima (ingreso a recinto con aire acondicionado), alimentos, aire contaminado (polución en grandes ciudades), moho, polen (alergia estacional), estrés y tabaco.
Una falla del sistema inmune, en el que no es capaz de detectar el antígeno como «extraño pero seguro», desencadena una respuesta inmune exagerada.
Diagnóstico.
Episodios recurrentes de dificultad respiratoria, sensación de apretamiento en el pecho, ruidos respiratorios audibles a distancia llamados sibilancias y tos, que ocurren principalmente en la noche o temprano en la mañana.
El diagnóstico confirmatorio se realiza con un examen de espirometría en el que se mide la capacidad pulmonar del individuo, sin embargo, una espirometría normal no descarta asma.
Los niveles de inmunoglobulina E (IgE) también se cuantifican, en la persona asmática generalmente se encuentran aumentados varias veces por encima de lo normal.
La cuantificación de eosinófilos en el hemograma también ayuda, un conteo de eosinófilos mayor a 150 celulas / microlitro, está relacionado con un peor control de la enfemedad.
Imagen 2. Fotografía de un examen de espirometría.
Fisiopatología del asma.
En inmunología se han dividido las hipersensibilidades en 4 tipos, el asma corresponde a la hipersensibilidad tipo I o inmediata.
La función biológica de la hipersensibilidad tipo I, es la defensa contra parásitos y helmintos, pero por la susceptibilidad genética o biológica de cada persona, los antígenos (que en un individuo en particular actúan como alergenos), pueden desencadenar una respuesta alérgica.
La respuesta inmune incluye una fase de sensibilización, caracterizada por una respuesta inmune celular (Linfocito Th2) y una fase efectora caracterizada por una respuesta inmune humoral (Linfocito B productor de inmunoglobulina E), (ver blog de sistema inmune).
En última instancia, la hipersensibilidad tipo I consisten en la activación de varias células del sistema inmune, Los linfocitos T2 secretan citoquinas inflamatorias (IL-4, IL-5, IL-9, IL-13).
Las citoquinas mencionadas anteriormente, a su vez activan al linfocito B para que produzca Inmunoglobulina E.
La inmunoglobulina E activa otras células llamadas eosinófilos, basófilos y mastocitos que secretan sustancias también inflamatorias (quimasa, histamina, triptasa) (Pavón-Romero et al., 2021).
En el proceso inflamatorio no solamente participan células del sistema inmune, también se extiende a otro tipo de células como el músculo liso que se hipertrofia; los fibroblastos que producen fibrosis; y las células de goblet o caliciformes del pulmón que aumentan la producción de moco.
La liberación de todas esas sustancias produce reflejos nerviosos vagales, que potencian más los efectos de las sustancias individuales.
Video fisiopatología del asma.
Tratamiento.
Hay un dicho de origen chino que dice, “no importa si el gato es blanco o negro, si caza ratones”, con esto quiero decir que no importa si el tratamiento es alopático o con medicina alternativa, siempre y cuando el paciente esté bien controlado y no cause efectos adversos indeseables a largo plazo.
El arsenal terapéutico para el tratamiento del asma, tanto en la medicina alopática, como en la medicina alternativa, es muy amplio, y se cuentan con buenas herramientas que bien utilizadas, pueden lograr mejorar la calidad de vida de los pacientes con asma.
En cualquier caso, sea que el paciente opte por tratamiento alopático o medicina alternativa, es importante que tome parte activa en el tratamiento, y que las decisiones sean consensuadas con su médico.
Medicina alopática y asma.
La medicina alopática basa su manejo en broncodilatadores, corticoides y algunos medicamentos profilácticos como el montelukast.
A pesar de que el asma es una enfermedad muy común, los médicos frecuentemente formulan una serie de medicamentos que no contribuyen a la mejoría de la enfermedad, por lo que hasta un 80% de los pacientes no logran un buen control de su enfermedad (Price et al., 2014).
En mayo del 2021 un hubo un consenso de expertos en la que se consignó en un documento algunas recomendaciones de, Qué no hacer, en el diagnóstico y tratamiento del asma, ya que intervenciones médicas erróneas pueden conllevar a empeorar el cuadro clínico (Román Rodríguez et al., 2021).
Dentro de las recomendaciones más importantes se destacan:
- No se debe diagnosticar el asma basándose solo en síntomas y sin pruebas objetivas de función pulmonar (espirometría).
- No se deben dejar de valorar síntomas de rinitis asociada al asma.
- No se debe atribuir un mal control del asma a un tratamiento insuficiente sin haber valorado potenciales agravantes: tabaco y otros tóxicos inhalados, exposición laboral, alérgenos, y comorbilidades.
- No se debe tratar el asma únicamente con broncodilatadores de corta duración (SABA).
- No se deben retirar los corticoides inhalados del tratamiento de mantenimiento.
- No se deben utilizar broncodilatadores de larga duración como monoterapia, sin asociar con glucocorticoides inhalados.
- No se debe aumentar la dosis de medicación sin verificar la adhesión al tratamiento y la técnica inhalatoria.
Medicina homeopática y asma.
En medicina homeopática se cuenta con medicamentos con larga trayectoria en el manejo de estos pacientes:
De laboratorio homeopático alemán LHA hay una combinación de principios activos que actúan en los procesos de inflamación, hiperreactividad, broncoespasmo e hipersecreción de moco.
El laboratorio italiano Guna ha incorporado citoquinas (Interferon gamma, Interleuquina 12), además de los principios activos tradicionales.
Aceites esenciales y asma.
La tradición y la ciencia han demostrado que el eucalipto tiene aplicación en las enfermedades respiratorias.
El alfa pineno, el eucaliptol, los principales principios activos del eucalipto, aumentan la motilidad de los cilios del árbol respiratorio, además ejercen un efecto antiinflamatorio por inhibición de los mediadores de la inflamación (TNF-α, IL-1β, LT-B4, PGE2) y reducción en la actividad del receptor TLR-4, imprescindible para el inicio de la respuesta alérgica.
El aceite esencial de Eucalipto globulus es más recomendado para adultos, mientras que el radiata se prefiere en niños.
Manejo nutricional en el asma.
Potencialmente cualquier alimento es susceptible de causar alergias que se pueden expresar en la piel o el sistema respiratorio. Pero la leche, huevo, trigo, pescados, mariscos soja y frutos secos son los alimentos que más frecuentemente lo causan (Mahan & Raymond, 2017).
Una dieta de eliminación selectiva de alimentos, supervisada por nutriólogo o nutricionista, puede dar resultados favorables. En este caso se le entrega al paciente listas completas con los componentes de la dieta que se deben eliminar.
Cuadro 1. Ejemplo de estrategia para eliminación del alimento de la dieta, en sospecha de asma desencadenada por huevo.
Dr. Andrés Naranjo Cuéllar.
Médico y Cirujano.
MsC. en Nutrición
Bibliografía.
Liu, X. T., Ren, L., Zhou, L. L., Xiao, Q. Y., Deng, Y., & Liu, E. M. (2015). ORMDL3 variants associated with bronchiolitis susceptibility in a Chinese population. Genetics and Molecular Research, 14(4), 19155–19162. https://doi.org/10.4238/2015.December.29.25
Mahan, K., & Raymond, J. (2017). Dietoterapia Krause (Elsevier (ed.); 14th ed.).
Pavón-Romero, L., Jimenez-Martínez, M., & Garcés-Álvarez, M. (2021). Inmunología molecular, celular y translacional (W. Kluwer (ed.); 2nd ed.).
Price, D., Fletcher, M., & Van Der Molen, T. (2014). Asthma control and management in 8,000 European patients: the REcognise Asthma and LInk to Symptoms and Experience (REALISE) survey. NPJ Primary Care Respiratory Medicine, 24, 14009. https://doi.org/10.1038/NPJPCRM.2014.9
Román Rodríguez, M., Ginel Mendoza, L., Blanco Aparicio, M., Rodríguez Rodríguez, M., & Bárcena Caamaño, M. (2021). [What not to do in the therapeutic management of bronchial asthma. Delphi consensus recommendations for physicians who treat asthma]. Atencion Primaria, 53(7). https://doi.org/10.1016/J.APRIM.2021.102101