La interacción alimento medicamento incluye cambios específicos de la actividad de un medicamento, debido a la ingesta de un alimento; también se incluyen los efectos de una medicación sobre el estado nutricional.
Un ejemplo del primer caso, la reducción de la eficacia de un fármaco por la ingesta de un alimento, es, por ejemplo, la ingesta excesiva de sal, puede reducir la eficacia de medicamentos antihipertensivos. La ingesta de verdura de hoja verde (espinacas, repollo, lechuga) puede modificar el efecto de medicamentos anticoagulantes (Nutr & Genser, 2008).
Un ejemplo del segundo caso, de los efectos de una medicación sobre el estado nutricional, es la quimioterapia, que puede provocar nausea, vómitos y alteraciones del gusto (disgeusia), lo que, a su vez, puede provocar pérdida de apetito y desnutrición. El uso de laxantes o antiácidos, puede reducir la absorción de minerales esenciales.
El Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, ha detectado la importancia de la interacción alimento medicamento y han elaborado una infografía para los pacientes en general.
Imagen 1 Infografía de interacción alimento medicamento. Fuente: Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España.
Interacciones entre alimento y medicamento y sus efectos en el organismo
El medicamento para ejercer su efecto en el organismo debe pasar por cuatro fases: absorción, distribución, metabolismo y excreción, en cualquiera de estas cuatro fases puede sufrir interacción con el alimento o nutriente, lo que puede causar cambios en el efecto terapéutico del fármaco.
Absorción.
Es el proceso por el cual el medicamento se desplaza desde el lugar de administración (oral, intramuscular, tópica, etc.) hasta el sistema circulatorio.
En este caso, obviamente, las interacciones alimento medicamento, se presentan en la administración oral, debido a cambios en el vaciamiento gástrico o en la motilidad intestinal u otras interacciones que implican cambios conformacionales de las moléculas o del ph intestinal.
Ejemplo: presencia de alimentos en el estómago promueve la absorción de algunos antibióticos como la cefuroxima.
Consumo de inhibidores de la bomba de protones (esomeprazol), disminuye la absorción de vitamina B12.
Distribución.
Es el proceso mediante el cual, el medicamento abandona el torrente circulatorio y se desplaza a otros órganos del cuerpo.
En este caso, la distribución depende de varios factores inherentes al medicamento, como, por ejemplo, la capacidad de atravesar membranas (liposolubilidad), o la unión a proteínas del plasma.
Ejemplo: Pacientes con hipoalbuminemia por desnutrición, pueden ver incrementado el efecto de la warfarina con mayor probabilidad de hemorragia.
Metabolismo.
La mayoría de medicamentos sufren transformaciones para excretarse del organismo, a estos cambios se les denomina metabolismo y genera metabolitos que pueden o no ser activos farmacológicamente.
El metabolismo de los fármacos puede realizarse en varios órganos, pero es más frecuente que se realice en el hígado, por un conjunto de enzimas llamado citocromo P450.
Hay alimentos y nutrientes que pueden activar o desactivar ese sistema de enzimas P450 y hacer que los medicamentos aceleren o retrasen su excreción, y por tanto cambien el efecto terapéutico.
Ejemplo: la ingesta de jugo de pomelo puede aumentar la concentración de las estatinas a niveles tóxicos, produciendo dolores musculares y otros síntomas desagradables.
Ingesta de anticonvulsivantes como fenitoína y fenobarbital, inducen las enzimas P450, aumenta el metabolismo y por tanto produce déficit de las vitaminas D, K, y ácido fólico.
Consumo de estatinas (atorvastatina), reduce la disponibilidad de la coenzima Q10.
Excreción.
El riñón es el principal, pero no el único órgano encargado de la excreción de los metabolitos generados después del metabolismo de los medicamentos.
Cambios en el Ph de la orina causados por el consumo de algunos alimentos, pueden producir cambios en la excreción de esos metabolitos (Mahan & Raymond, 2017).
Ejemplo: El consumo de leche y verduras, alcalinizan la orina y aumenta la concentración sanguínea del medicamento memantina.
Diuréticos como la furosemida, aumentan la excreción de potasio.
Medicamentos y efecto sobre el estado nutricional.
Algunos medicamentos causan efectos adversos que pueden alterar el estado nutricional del paciente.
Disgeusia.
No es bien conocido el mecanismo por el cual algunos medicamentos alteran el sentido del gusto, a continuación, se listan algunos de ellos (Mahan & Raymond, 2017).
Antineoplásicos: Cisplatino, 5-Flurouracilo, Interferón alfa, Metotrexato.
Antiinfecciosos: Cefuroxima, Claritromicina, Metronidazol, Clotrimazol.
Para el sistema cardiovascular: Captopril, Amiodarona, Gemfibrozilo.
Para el sistema nervioso: Clormipramina, Levodopa, Fenitoína, Sumatriptán.
Efectos sobre la mucosa intestinal.
Muchos medicamentos causan úlceras intestinales, lo que puede alterar el estado nutricional del paciente. El caso más conocido es el de los AINES (aspirina, ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco, etc).
A continuación, se listan algunos medicamentos con el potencial de daño de mucosa intestinal.
Inmunodepresores: Prednisolona, Micofenolato.
Para el sistema nervioso: Bromocriptina, Donepecilo, Fluoxetina, Levodopa, Paroxetina, Sertralina, Trazodona.
Bifosfonatos: Alendronato.
Antineoplásicos: 5 Flufouracilo, Leuprolida, Imatinib, Metotrexato.
Cambios en el apetito.
Los medicamentos utilizados en el tratamiento del Trastorno de Déficit de Atención (TDAH), pueden reducir el apetito y causar retraso en el crecimiento de los niños que reciben estos medicamentos, por lo que el control de crecimiento y desarrollo debe ser estricto.
A continuación, un listado de medicamentos que provocan perdida de apetito (anorexia) y los que incrementan el apetito (Mahan & Raymond, 2017).
Provocan anorexia.
En ningún caso es recomendable el uso de algunos de estos medicamentos para reducción de peso.
Antiinfecciosos: Anfotericina B, Hidroxicloroquina, Metronidazo.
Antineoplásicos: Carboplatino, Citarabina, Decarbacina, 5 Flurouracilo, Imatinib, Metotrexato.
Broncodilatadores: Salbutamol, Teofilina.
Cardiovasculares: Amiodarona, Hidralacina,
Estimulantes del sistema nervioso: Anfetaminas, Metilfenidato.
Incrementan el apetito.
Uso en psiquiatría: Alprazolam, Haloperidol, Olanzapina, Quetiapina, Risperidona, Amitriptilina, Clorimipramina, Imipramina, Mirtazapina, Paroxetina.
Anticonvulsivantes: Gabapentin,
Hormonas: Metilprednisolona, Medroxiprogesterona, Acetato de megestrol, Oxandrona, Testosterona.
Conclusiones.
Tanto el médico, el nutricionista y el paciente, deben ser consientes de que la información de medicamentos y alimentos es importante, puesto que pueden ocurrir interacciones que alteren o bien la actividad terapéutica del fármaco, o el estado nutricional del paciente.
Dr. Andrés Naranjo Cuéllar.
Médico y Cirujano.
Máster en Nutrición.
Bibliografía.
Mahan, K., & Raymond, J. (2017). Dietoterapia Krause (Elsevier, Ed.; 14th ed.).
Nutr, A., & Genser, D. (2008). Food and Drug Interaction: Consequences for the Nutrition/Health Status. Annals of Nutrition and Metabolism, 52(Suppl. 1), 29–32. https://doi.org/10.1159/000115345