El ácido fólico es importante para la replicación y crecimiento celular, es una vitamina indispensable en el desarrollo embrionario y fetal.
El folato o ácido fólico, también conocido como vitamina B9 es un tipo de vitamina hidrosoluble, que interviene en varias funciones críticas para el crecimiento y regeneración celular, como la síntesis de nucleótidos (que conforman el ADN y ARN moléculas de la vida), metabolismo de aminoácidos (que conforman las proteínas) y metilación de ADN e histonas (base de la epigenética que permite la expresión o silenciamiento de ciertos genes).
Un poco de historia.
La pionera en la investigación del ácido fólico fue Lucy Wills, una investigadora que al final de 1.920 identificó una sustancia que curaba y prevenía la anemia megaloblástica en mujeres embarazadas.
Folato deriva del latín “folium” que significa hoja, debido a un compuesto cristalino que se aisló de 4 toneladas de espinaca en el año 1.941.

Imagen 1. Fotografía de la investigadora Lucy Wills en su trabajo de descubrimiento de la vitamina B9. Fuente: imagen generado por ChatGPT.
En 1.945 se sintetizó por primera vez una forma estable de folato, el ácido fólico.
Normalmente en la naturaleza el folato se encuentra como tetrahidrofolato (THF), el ácido fólico es la forma sintética más estable, que raramente se encuentra en forma natural en la naturaleza y que se utiliza para fortificar alimentos y para suplementos dietarios.
Metabolismo del ácido fólico.
El folato se absorbe principalmente en el intestino delgado como folato monoglutamato, por el transportador SLC46A1, se requiere un pH ácido de 6.5 para que esta absorción se realice de manera adecuada; y en el colon por el transportador SCL19A1 que requiere un pH alcalino superior a 7.4.
Dentro de las células intestinales, se convierte a 5-metilentetrahidrofolato (5-metilTHF), que viaja al hígado, en el hígado, la forma más abundante de folato es precisamente 5-metilTHF.
El folato viaja a los diferentes tejidos unido a proteínas, principalmente la albúmina y a través de unos receptores de membrana llamados RFC y PCFT es captado por los diferentes tejidos del organismo.
Al ser una vitamina hidrosoluble, su capacidad de almacenamiento celular es muy limitada.
La biodisponibilidad, entendida como la capacidad para aprovechar el folato depende de muchas variables, pero, en términos generales el folato que se obtiene de manera natural en los alimentos es de aproximadamente 50%, mientras que el ácido fólico de la suplementación o la fortificación alimenticia es de un 85%.
Dentro de la célula, los folatos tienen dos vías metabólicas muy importantes, una es la síntesis de nucleótidos de purina (Adenina y Guanina) y la otra vía es la que permite la de la formación de la S Adenosin Metionina (SAM) que es la principal molécula donadora de grupos metilo (CH3) y también la vía que forma el aminoácido cisteína y el nucleósido adenosina para la contrucción del ATP.
En cualquiera de los dos casos el Tetrahidrofolato (THF), es un folato intermediario obligatorio, el 5-metilTHF se convierte a THF por la enzima metionin sintetasa; mientras que el ácido fólico se convierte en THF por acción de la enzima Dihidrofolatoreductasa (DHFR).
Hay que tener en cuenta hay un polimorfismo (variación genética*[rs70991108]) que se presenta hasta en un 25% de la población, en el que la acción de la enzima DHFR se encuentra muy mermada, en estos individuos, pese a consumir altas cantidades adecuadas de ácido fólico, este no se metaboliza y se tienen muy baja concentración de THF, con consecuencias deletéreas para la salud (Kalmbach et al., 2008).
El folato también sirve en el metabolismo en la interconverción de los aminoácidos Glicina y Serina.
La excreción se realiza por orina y heces con muy poca excreción por vía biliar.

Imagen 2. Vías metabólicas de los folatos descripción en el texto. Fuente: Elaboración propia.
Requerimientos dietarios.
Los requerimientos diarios de ácido fólico varían entre 120 a 1.000 µg/día según la edad y estados fisiológicos individuales como el embarazo. Unos niveles altos de homocisteína, indican indirectamente una ingesta inadecuada de ácido fólico.
Los niveles normales de ácido fólico en sangre se encuentran entre 3 a 17 ng/ml.
Manifestaciones clínicas de las deficiencias del ácido fólico.
Las manifestaciones clínicas de la deficiencia de ácido fólico se derivan de las funciones moleculares:
Los tejidos que requieren alto recambio se ven afectados, se produce anemia megaloblástica que se caracteriza por eritrocitos grandes.
En los fetos se produce deformidades del tubo neural, ya que la formación del sistema nervioso requiere ácido fólico, las consecuencias son deformidades congénitas (espina bífida, anencefalia), incompatibles con la vida, muchas veces el déficit de ácido fólico produce abortos espontáneos.
También existe asociación entre bajas concentraciones de ácido fólico y vitamina B12 con trastornos cognitivos en personas mayores (Durga et al., 2007).
Estudios epidemiológicos han revelado que bajos niveles de folato se relacionan con alta prevalencia de varios tipos de cáncer (leucemia, linfoma, colorrectal, mama). Si bien no está totalmente esclarecida la relación causal, se cree que tiene que ver con la baja formación de cisteína que reduce la producción del glutatión, principal antioxidante endógeno (Marriott et al., 2020).
Al reducir los niveles de homocisteína, el ácido fólico conjuntamente con otras vitaminas del complejo B, se ha demostrado protección contra enfermedades cardiovasculares (Wang et al., 2017).
Interacción del folato con otros alimentos.
Vitamina B12: El folato y la vitamina B12 son interdependientes en varias vías metabólicas, especialmente en la vía que produce los grupos metilo (CH3) la cuál se denomina vía metabólica de un carbono. Tanto la deficiencia de ácido fólico como de vitamina B12 produce anemia megaloblástica (McNulty et al., 2019).
Sin embargo, niveles normales de ácido fólico en sangre pueden enmascarar los síntomas hematológicos de deficiencia de vitamina B12 (McNulty et al., 2019).
Igual sucede con la vitamina B6, la piridoxina sirve de cofactor de la enzima Metiltetrahidrofolato reductasa (MTHR) involucrada en el metabolismo del ácido fólico (Marriott et al., 2020).
Colina: El metabolismo del folato y colina interactúan en varios puntos en el proceso de reconversión de la homocisteína en metionina (Marriott et al., 2020).
Vitamina C: La vitamina C al proveer un medio ácido, mejora la absorción de las formas de folato naturales y además, mejora los niveles de folato en glóbulos rojos (Lucock et al., 2013).
Zinc: La excesiva suplementación de ácido fólico puede inhibir la absorción de zinc y provocar una deficiencia de este mineral (Ikizler et al., 2020).
Interacción del ácido fólico con medicamentos.
Fenitoína: el consumo de de fenitoína puede reducir los niveles de ácido fólico, pero a su vez, los bajos niveles de ácido fólico en pacientes en tratamiento con fenitoína, mejoran el control de las convulsiones, por lo que el efecto es bidireccional (Hesdorffer & Longo, 2015).
Medicamentos quimioterapéuticos: (Metotrexate y aminopterina). Estos medicamentos son antagonistas directos del ácido fólico, inhiben la enzima Dihidorfolato reductasa (DHFR), por lo que bloquea la conversión de ácido fólico a su forma activa, esto puede conducir a deficiencia de folato y toxicidad (Bühring & Fölsch, 1976).
Antibióticos: (Trimetoprim, Sulfametoxazol, Pirimetamina). Estos antibióticos inhiben la síntesis bacteriana de folatos, pero también pueden afectar la síntesis de folatos del paciente, por tanto, en zonas endémicas de malaria en las que se utiliza Sulfadoxina / pirimetamina debe suplementarse a las mujeres en edad fértil para prevenir defectos del tubo neural (Nzila et al., 2014).
Alcohol: el abuso de alcohol inhibe la absorción de ácido fólico, además el daño hepático causado por el alcohol afecta enzimas involucradas en el metabolismo del ácido fólico (Hesdorffer & Longo, 2015).
Capecitabina: este es un medicamento antitumoral que ejerce su acción mediante la inhibición de la enzima timidilato sintasa, una enzima dependiente del ácido fólico, la suplementación con ácido fólico se asoció con mayor toxicidad de la capecitabina (Kok et al., 2024).
Algunos anticonceptivos pueden ocasionar deficiencia de ácido fólico, sin embargo, es raro que produzcan manifestaciones clínicas.
Dr. Andrés Naranjo Cuéllar.
Médico y Cirujano.
MSc en Nutrición.

Bibliografía.
Bühring, K. U., & Fölsch, E. (1976). Metabolism of dihydroaminopterin and the influence of aminopterin and related derivatives on the metabolism of (-)-5-formyl-tetrahydrofolic acid in Pediococcus cerevisiae. BBA – General Subjects, 421(1), 22–32. https://doi.org/10.1016/0304-4165(76)90166-5
Durga, J., van Boxtel, M. P., Schouten, E. G., Kok, F. J., Jolles, J., Katan, M. B., & Verhoef, P. (2007). Effect of 3-year folic acid supplementation on cognitive function in older adults in the FACIT trial: a randomised, double blind, controlled trial. Lancet, 369(9557), 208–216. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(07)60109-3
Hesdorffer, C. S., & Longo, D. L. (2015). Drug-Induced Megaloblastic Anemia. New England Journal of Medicine, 373(17), 1649–1658. https://doi.org/10.1056/NEJMRA1508861
Ikizler, T. A., Burrowes, J. D., Byham-Gray, L. D., Campbell, K. L., Carrero, J. J., Chan, W., Fouque, D., Friedman, A. N., Ghaddar, S., Goldstein-Fuchs, D. J., Kaysen, G. A., Kopple, J. D., Teta, D., Yee-Moon Wang, A., & Cuppari, L. (2020). KDOQI Clinical Practice Guideline for Nutrition in CKD: 2020 Update. American Journal of Kidney Diseases, 76(3), S1–S107. https://doi.org/10.1053/j.ajkd.2020.05.006
Kalmbach, R. D., Choumenkovitch, S. F., Troen, A. P., Jacques, P. F., D’Agostino, R., & Selhub, J. (2008). A 19-Base Pair Deletion Polymorphism in Dihydrofolate Reductase Is Associated with Increased Unmetabolized Folic Acid in Plasma and Decreased Red Blood Cell Folate. The Journal of Nutrition, 138(12), 2323. https://doi.org/10.3945/JN.108.096404
Kok, D. E., van Duijnhoven, F. J., Lubberman, F. J., McKay, J. A., Lanen, A. S. van, Winkels, R. M., Wesselink, E., van Halteren, H. K., de Wilt, J. H., Ulrich, C. M., Ulvik, A., Ueland, P. M., & Kampman, E. (2024). Intake and biomarkers of folate and folic acid as determinants of chemotherapy-induced toxicities in patients with colorectal cancer: a cohort study. American Journal of Clinical Nutrition, 119(2), 294–301. https://doi.org/10.1016/j.ajcnut.2023.11.023
Lucock, M., Yates, Z., Boyd, L., Naylor, C., Choi, J. H., Ng, X., Skinner, V., Wai, R., Kho, J., Tang, S., Roach, P., & Veysey, M. (2013). Vitamin C-related nutrient-nutrient and nutrient-gene interactions that modify folate status. European Journal of Nutrition, 52(2), 569–582. https://doi.org/10.1007/S00394-012-0359-8,
Marriott, B., Birt, D., Stallings, V., & Yates, A. (2020). Present Knowledge in Nutrition (Elsevier & ILSI, Eds.; 11th ed., Vol. 1). Academic Press.
McNulty, H., Ward, M., Hoey, L., Hughes, C. F., & Pentieva, K. (2019). Addressing optimal folate and related B-vitamin status through the lifecycle: Health impacts and challenges. Proceedings of the Nutrition Society, 78(3), 449–462. https://doi.org/10.1017/S0029665119000661,
Nzila, A., Okombo, J., & Molloy, A. M. (2014). Impact of folate supplementation on the efficacy of sulfadoxine/pyrimethamine in preventing malaria in pregnancy: The potential of 5-methyl-tetrahydrofolate. Journal of Antimicrobial Chemotherapy, 69(2), 323–330. https://doi.org/10.1093/JAC/DKT394,
Wang, W. W., Wang, X. S., Zhang, Z. R., He, J. C., & Xie, C. L. (2017). A Meta-Analysis of Folic Acid in Combination with Anti-Hypertension Drugs in Patients with Hypertension and Hyperhomocysteinemia. Frontiers in Pharmacology, 8. https://doi.org/10.3389/FPHAR.2017.00585,