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Vitamina C

Historia de la Vitamina C.

El 10 de agosto de 1519 una pequeña flota española formada por cinco barcos con doscientos treinta y siete hombres a bordo, al mando de un portugués, Fernando de Magallanes (1480-1521), partió del puerto de Sevilla.

Tres años después un único barco —la nao Victoria— y diecisiete tripulantes regresaron a Sevilla. Al mando estaba un vasco de Guetaria, Juan Sebastián Elcano. Durante el viaje los marineros se tuvieron que enfrentar a naufragios, combates, hambrunas, motines y mil adversidades más, pero la principal fue una enfermedad, la peste de las naos o escorbuto.

Antonio Pigafetta (1491-1534), explorador, geógrafo y cronista de la república de Venecia, formó parte de la expedición de Magallanes y describió de forma magistral los estragos que causaba la enfermedad en los marineros: «Nuestra mayor desgracia era vernos atacados de una especie de enfermedad que hacía hinchar las encías hasta el extremo de sobrepasar los dientes en ambas mandíbulas, haciendo que los enfermos no pudiesen tomar ningún alimento».

Expedición de magallanes

Imagen 1. Imagen representativa del embargo de la expedición de Magallanes, el 10 de agosto de 1519. Fuente: Imagen generada por IA.

En las guerras marítimas fallecían más marineros por escorbuto que por los combates y durante doscientos cincuenta años el escorbuto fue tratado como una enfermedad contagiosa y se atajaba con remedios de lo más peregrinos: comer luciérnagas, café concentrado.

En 1753 el doctor James Lind (1716-1794) hizo pública una experiencia personal con extremado rigor científico, hasta el punto de poder considerar su experimento como el primer ensayo médico de la historia.

El galeno inició la experiencia el 20 de mayo de 1747 con doce enfermos de escorbuto que sometió a diferentes regímenes alimenticios. Al cabo de seis días uno de los enfermos que había recibido naranjas y limón pudo reanudar su trabajo y el otro que recibió el mismo tratamiento tuvo una recuperación rápida y completa. El resto de los marineros empeoraron, a excepción de otros dos marineros que recibieron cidra.

La conclusión de Lind fue que los cítricos ayudaban a combatir el escorbuto, sin embargo, el Dr. Lind nunca recibió el reconocimiento por este descubrimiento.

Solo hasta 1928 un científico austríaco, Albert Szent-György en colaboración con el químico inglés Norman Haworth, aislaron la vitamina C de una glándula adrenal de vaca, ambos recibieron el Nobel en 1937.

Funciones fisiológicas de la vitamina C.

La vitamina C es una vitamina hidrosoluble, comprende el ácido ascórbico y su forma oxidada ascorbato, tiene varias funciones en el cuerpo humano.

Vitamina C como antioxidante.

La vitamina C participa como antioxidante en varias reacciones dentro del cuerpo, incluido la reducción del α-tocoferol (vitamina E).

Cadena antioxidante

Imagen 2. Esquema representativo de la cadena antioxidante. Existe una interrelación en cadena entre la vitamina E, la vitamina C (ácido ascórbico) y GSH. Todas son necesarias para que el sistema antioxidante endógeno funcione adecuadamente. Fuente: Elaboración propia.

Vitamina C como cofactor.

La vitamina C participa en la síntesis de varias macromoléculas, incluida colágeno, carnitina y noradrenalina (Marriott et al., 2020).

Varios de los síntomas del escorbuto son atribuibles a la debilidad del colágeno (sangrado y alteración de las encías) y carnitina (debilidad).

La vitamina C se ha relacionado con el mejor funcionamiento adrenérgico y noradrenérgico, y fue utilizado en un estudio doble ciego para mejoría del shock séptico, con buenos resultados (Zabet et al., 2016) (Rosengrave et al., 2022)

Rol de la vitamina C en la regulación genética.

Nuevos estudios revelan que la vitamina C ejerce una función de agente proliferativo en células mesenquimales de diversos tejidos, como cavidad oral, médula ósea y cordón umbilical.

Además, ejerce un papel inhibitorio en la diferenciación de células mesenquimales a adipocitos maduros, esto se correlaciona con la reducción de los niveles plasmáticos de vitamina C en personas obesas, por lo que puede ser un target de estudio para la obesidad en el futuro (Fujisawa et al., 2018).

La vitamina C también ejerce un papel importante en la transcripción de genes relacionados con la diferenciación de los osteoblastos, lo que indica que interviene en el mantenimiento del tejido óseo.

Metabolismo.

Pese a que el humano no es capaz de sintetizar la vitamina C, es altamente eficiente en su capacidad de conservar las concentraciones normales en plasma (0,5-0,7 mg/dl), con baja ingesta de la misma (1 mg / Kg / día) (Haufabrooks & Hayes, 2023)

La vitamina C no requiere ninguna digestión, es absorbida por las células intestinales por el transportador sodio dependiente SVCT1 y a los tejidos por el transportador de sodio-Ca2/Mg2 SVCT2.(Erichsen et al., 2006).

Variaciones genéticas en el transportador STVC2 están relacionados con periodontitis y cáncer

El ácido ascórbico se convierte en ácido dehiroascorbico (DHA) para ingresar a las células de los diferentes tejidos, a través de los transportadores de glucosa; GLUT 1 que tiene una distribución en todos los tejidos; GLUT3, confinado al tejido nervioso; GLUT4, músculo y tejido adiposo. Inmediatamente dentro de la célula, el DHA se convierte nuevamente a ácido ascórbico por las enzimas dependientes del sistema glutatión.

Vitamina C 1

Imagen 3. Ingreso de la vitamina C a la célula. Explicación en el texto. Fuente: (Marriott et al., 2020).

La vida media de la vitamina C en humanos es de 14 a 40 días, sin embargo, la vida media de la vitamina C cae dramáticamente a 2 horas cuando es suministrada a altas dosis vía endovenosa.

El catabolismo de la vitamina C en pacientes que reciben altas dosis produce varios metabolitos, dentro de ellos el oxalato, por lo que se debe vigilar la formación de cálculos renales.

Síntomas de deficiencia de vitamina C.

Hoy en día en nuestro medio es poco frecuente observar un caso de déficit de vitamina C en la práctica clínica. Los síntomas son sangrado subcutáneo e intramuscular, edema de miembros inferiores, y hemorragia cerebral, son síntomas atribuibles a la fragilidad del colágeno.

Se puede ver en paciente alcohólicos, personas mayores institucionalizadas o que viven solas, también en niños o adultos con dietas restrictivas por cualquier causa.

Niveles séricos por debajo de 0,2 mg / dl de vitamina C indican deficiencia y niveles de 0,5 mg / dl son idóneos, pero en muchos de centros de atención esta medición no está disponible.

Las necesidades de ingesta de vitamina C aumentan con el embarazo y con la edad, ya que la expresión del transportador STVC2 disminuye con la edad. Una dieta balanceada, que incluya abundante frutas y verduras, es capaz de suministrar las necesidades para una persona sana de cualquier edad.

En nuestro medio, contamos con una fruta de la Amazonía colombiana, Camu-camu (Myrciaria dubia), es una de las frutas con mayor contenido de vitamina C.

Camu-camu

Imagen 4. Fotografía de Camu-camu (Myrciria dubia), una de las frutas con mayor contenido de vitamina C (2.000 a 3.000 mg).

Vitamina C, funciones terapéuticas.

Salud cardiovascular.

Todas las enfermedades del corazón se caracterizan por una disminución del oxido nitroso (ON) que es un vasodilatador natural, como resultado hay mayor adhesión de moléculas proinflamatorias. La vitamina C disminuye la degradación del ON.

Estudios clínicos muestran que la suplementación con vitamina C, es capaz de restaurar el daño endotelial en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 1; adicionalmente, tiene la facultad de reducir la progresión de arterioesclerosis en pacientes con hiperlipidemia; en el mismo sentido reduce el riesgo de enfermedad cerebrovascular en un 19% (Marriott et al., 2020).

Prevención y tratamiento del cáncer con vitamina C.

Hay evidencia de que la vitamina C protege contra cáncer de seno, pancreático y otros tumores gastrointestinales.

Paradójicamente, la acción anticancerígena de la vitamina C se le atribuye a su efecto pro-oxidante que ejercen las altas dosis, producen un efecto citotóxico sobre las células cancerígenas, debido al peróxido de hidrógeno que se genera en la aplicación (Hunyady, 2022) (Putchala et al., 2013)

En tumores hematológicos la vitamina C ha mostrado buenos resultados, además, estudios han demostrado que potencia la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer, debido a mejora del microambiente e incremento de linfocitos CD8+ (Magrì et al., 2020).

Sin embargo, la terapia con vitamina C, NUNCA debe remplazar los tratamientos establecidos para los diferentes tipos de cáncer, y más bien debe servir como coadyuvante.

Imagen 5. Aplicación endovenosa de vitamina C con fines preventivos. Fuente: elaboración propia.

Tratamiento de enfermedades del sistema inmune.

Invitro la vitamina C tiene efecto antiinflamatorio, se han llevado estudios clínicos en enfermedades inflamatorias, donde las altas dosis de vitamina C, disminuyen la severidad y el tiempo de la crisis (Marriott et al., 2020).

Pero, por otro lado, activa neutrófilos y células Natural Killer, que ayudan a combatir algunas infecciones como el Helicobacter pylori, Epstein barr, Herpes zoster (Marriott et al., 2020).

Conclusión.

La vitamina C es una molécula Pleiotrópica, que además de ser un nutriente necesario para varias funciones fisiológicas, en altas dosis tiene efectos positivos sobre el sistema cardiovascular, prevención y tratamiento del cáncer y sistema inmune.

Dr. Andrés Naranjo Cuéllar.

Médico y Cirujano.

MSc en Nutrición

Bibliografía.

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Fujisawa, K., Hara, K., Takami, T., Okada, S., Matsumoto, T., Yamamoto, N., & Sakaida, I. (2018). Evaluation of the effects of ascorbic acid on metabolism of human mesenchymal stem cells. Stem Cell Research & Therapy, 9(1). https://doi.org/10.1186/S13287-018-0825-1

Gargantilla Pedro (2021). Enfermedades que cambiaron la historia. Edición de Kindle.

Haufabrooks, E., & Hayes, W. (2023). History of Food and Nutrition Toxicology (1st ed.). Elsevier.

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Magrì, A., Germano, G., Lorenzato, A., Lamba, S., Chilà, R., Montone, M., Amodio, V., Ceruti, T., Sassi, F., Arena, S., Abrignani, S., D’Incalci, M., Zucchetti, M., Di Nicolantonio, F., & Bardelli, A. (2020). High-dose vitamin C enhances cancer immunotherapy. Science Translational Medicine, 12(532). https://doi.org/10.1126/SCITRANSLMED.AAY8707

Marriott, B., Birt, D., Stallings, V., & Yates, A. (2020). Pesent Knowledge in Nutrition (Elsevier & ILSI, Eds.; 11th ed., Vol. 1). Academic Press.

Putchala, M. C., Ramani, P., Sherlin, H. J., Premkumar, P., & Natesan, A. (2013). Ascorbic acid and its pro-oxidant activity as a therapy for tumours of oral cavity — a systematic review. Archives of Oral Biology, 58(6), 563–574. https://doi.org/10.1016/j.archoralbio.2013.01.016

Rosengrave, P., Spencer, E., Williman, J., Mehrtens, J., Morgan, S., Doyle, T., Van Der Heyden, K., Morris, A., Shaw, G., & Carr, A. C. (2022). Intravenous vitamin C administration to patients with septic shock: a pilot randomised controlled trial. Critical Care, 26(1). https://doi.org/10.1186/s13054-022-03900-w

Zabet, M., Mohammadi, M., Ramezani, M., & Khalili, H. (2016). Effect of high-dose Ascorbic acid on vasopressor’s requirement in septic shock. Journal of Research in Pharmacy Practice, 5(2), 94. https://doi.org/10.4103/2279-042X.179569

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