fbpx

Hígado Graso y Alimentación

Hígado graso

El hígado graso, conocido en el argot médico con el nombre de hígado graso No Alcohólico (NAFL por sus iniciales en inglés, non-acoholic fatty liver disease), que se debe a una acumulación de grasa en las células del hígado, que no es provocada por la ingesta de bebidas alcohólicas ni hepatitis infecciosas.

Se calcula que la prevalencia global de NAFLD es hasta de mil millones de personas a nivel mundial.

El hígado graso se asocia a sobrepeso y obesidad, según la última encuesta de ENSIN 2015, dos de cada cinco jóvenes tiene sobrepeso y uno de cada cinco tiene obesidad, además tres de cada cinco adultos también presenta sobrepeso.

Hasta un 60% de estas personas ya sufren de hígado graso asintomático, pero ya causando alteraciones en el organismo.

Sin embargo, también puede ocurrir en individuos delgados (Fauci & Kasper, 2023).

Funciones del Higado

El hígado es el órgano más grande del cuerpo, pesa entre 1 y 1.5 kg, por lo que representa de 1.5% a 2.5% de la masa corporal magra.

El hígado recibe un doble aporte sanguíneo; cerca de 20% del flujo sanguíneo es sangre rica en oxígeno procedente de la arteria hepática y 80% es sangre rica en nutrimentos que proviene de la vena porta que se origina en estómago, intestino, páncreas y bazo.

Tabla 1. Funciones del hígado. Fuente: (Mesejo Alfonso et al., 2012)

Hígado Graso y Alimentación 1

Fisiopatología del hígado graso.

El mecanismo por el que se produce hígado graso es bien conocido, está mediado por una condición llamada Resistencia a la Insulina (RI). La RI tiene la particularidad de crear más tejido adiposo, es decir aumentar la grasa visceral, y de aumentar las Especies Reactivas de Oxígeno (ROS). Estos dos efectos, producen alteración en la respiración celular y aumenta la oxidación de Ácidos Grasos (Gordillo, 2015).

Además de la resistencia a la insulina, hay otros aspectos que se presentan en la fisiopatología de esta enfermedad: inflamación, disbiosis intestinal, alteración funcional de la mitocondria (Mahan & Raymond, 2017).

El hígado graso se convierte en un ciclo vicioso, pues el proceso patológico impide la absorción de aminoácidos que se necesitan para el sistema antioxidante  endógeno (SOD, Glutatión) que protege contra el hígado graso.

NAFL

Imagen 1. Aspectos fisiopatológicos relacionados con el hígado graso.

Clasificación del hígado graso.

El diagnóstico para hígado graso es ecográfico o con tomografía.

Desde el punto de vista histológico, el hígado graso se divide en cuatro grupos, de acuerdo a la progresión de la enfermedad:

Tipo 1: Hígado graso simple, corresponde a los estados iniciales, es reversible.

Tipo 2: Hígado graso con inflamación, también es reversible, con mayor grado de daño respecto al tipo 1.

Tipo 3: Hígado graso con degeneración de los hepatocitos, es un estado inicial de una cirrosis hepática.

Tipo 4: Hígado graso con fibrosis, es el estado más avanzado y puedo progresar a un cáncer de hígado e insuficiencia hepática.

Tratamiento del hígado graso.

Tratamiento nutricional.

Las necesidades energéticas varían y deben establecerse según el índice de masa corporal (IMC).

En el hígado graso ocurre una disminución del hígado para la glucogénesis (formación de glucógeno a partir de glucosa), de la glucogenolisis (degradación del glucógeno a glucosa).

Por lo tanto, en estas condiciones el hígado se ve obligado a obtener la energía a partir de proteínas (gluconeogénesis).

La consecuencia inmediata es la pérdida de masa muscular, que hay que tenerla muy en cuenta en la suplementación nutricional.

Las proteínas con alto contenido en aminoácidos de cadena ramificada (BCAAs), leucina, isoleucina y valina, son las mejores. Esto porque estos aminoácidos

no se detienen el hígado y pasan directo a la formación de músculo (Heber et al., 2024).

Es necesaria la administración de suplementos de vitaminas y minerales en todos los pacientes con cirrosis.

Por otro lado, en cuanto a oligoelementos, es necesaria la suplementación de Zinc y Selenio son importantes, pues sus niveles plasmáticos se ven reducidos en hepatopatías.

La principal vitamina para mejorar la inflamación hepática es la Vitamna E. También la Vitamina D es importante, aunque el mecanismo de acción de esta vitamina en el Hígado Graso, no está bien dilucidado.

Tratamiento con medicina funcional.

Desde el punto de vista de medicina funcional todos los medicamentos que ayuden a mejorar la cadena de respiración celular, son benéficos para tratar los casos de hígado graso, ya que la respiración celular es el proceso metabólico más afectado en esta enfermedad.

El Ácido Alfa Lipóico es un suplemento, que actúa facilitando la conversión de Piruvato en Acetil CoA, un intermediario indispensable en la respiración celular; la Biotina es una vitamina que actúa como en la conversión de Acetil CoA en Malonil CoA, en la vía metabólica de las grasas, realizada por el Hígado, por lo tanto, es importante suplementar esta vitamina.

Los alimentos ricos en ácidos grasos de cadena media (AGCM) que se encuentran en el Aceite de Coco orgánico prensado en frío, son muy beneficiosos en ésta enfermedad, debido a que casi no requieren metabolismo hepático, pero deben evitarse en pacientes que ya tienen encefalopatía hepática.

En éste mismo sentido, los Ácidos Grasos Poliinsaturados de Cadena Larga (PUFAS), son antiinflamatorios y pueden contribuir a la desinflamación del hígado y el Aceite de Oliva.

Dr. Andrés Naranjo Cuéllar.

Médico y Cirujano.

MsC en Nutrición.

Asesoria nutricional.

Bibliografía.

Gordillo Bastidas Daniela, Gordillo Bastidas Elizabeth. Nutrición Molecular. Ed Mc Graw Hill, 2015.

Fauci, A., & Kasper, E. (2023). Harrison Medicina Interna 21 Ed.

Heber, D., Zhaoping, L., & Ordovás, J. (2024). Precision Nutrition, The science and promis of personalizae nutrition and health (Academic Press, Ed.; 1st ed.). Elsevier.

Mahan, K., & Raymond, J. (2017). Dietoterapia Krause (Elsevier, Ed.; 14th ed.).

Mesejo Alfonso, Martinez, J.-F., & Martinez, C. (2012). Manual básico de nutrición clínica y dietética (Hospital Clínico Universitario de Valencia, Ed.; 2nd ed.).

Planas, Mercé. Pérez-Portobella, Cleofe. Fisiopatología aplicada a la nutrición. Ed. Mayo. 2011

!Déjanos tu comentario!