He decidido hacer pausa a mis escritos de medicina y nutrición, los temas que realmente me apasionan, para escribir de un campo en el que, estoy consiente podría ser objeto de duras críticas. Estoy echando mano de otras áreas del conocimiento en las que también me he formado, y de la experiencia de tres fuertes crisis económicas y sociales que me ha tocado vivir: La crisis económica del año 98 en Colombia, que desató un éxodo de que todavía mantiene fuera de las fronteras de mi país al diez por ciento de los colombianos; La crisis de Subprime del año 2008; y la crisis de la Venezuela Madurista, que todavía no termina de resolverse.
Hay que entender, que el mundo no volverá a ser el que alguna vez conocimos. En alguna publicación de redes leí que, no volveremos a la normalidad, porque la normalidad era el problema, y creo que es sabia esta reflexión.
Ahora bien, ¿qué me hace pensar que el Coronavirus es un evento con tan graves consecuencias?
La humanidad nunca se había enfrentado a un microorganismo con una transmisibilidad tan alta. A los líderes mundiales que han negado la gravedad de la pandemia, el problema les ha explotado en la cara. El presidente Trump, quién se empeñó en ignorar la amenaza de un enemigo no convencional, no fue capaz de dimensionar que este insignificante microbio no temía a sus misiles ni su poderío económico. Ya Trump reconoció que, si no sobrepasan los 100 mil muertos, se darán por bien servidos.
Pero el precio de la ignorancia del líder americano, tendrá unas consecuencias geopolíticas insospechadas. La pandemia diezmará a la hasta ahora nación más poderosa del mundo y China tomará el liderazgo global. A los imperios no los acaban sus enemigos, los acaban la incompetencia de sus gobernantes.
Es probable que, en su afán por minimizar las pérdidas, Estados Unidos Invada a Venezuela o a cualquier otro país que le dé, o no razones para hacerlo. Pero en el contexto actual, en que cada nacion se encuentra ensimismada tratando de contener sus propios problemas, será muy poco probable que haya un rechazo efectivo de la comunidad internacional a tales medidas. Sin embargo, aún con el petróleo venezolano en el bolsillo, USA ya habrá cedido su liderazgo mundial.
Según un artículo publicado el pasado 24 de marzo por la prestigiosa revista MIT Technology Review (1) El coronavirus, ha demostrado y de lejos, ser el microrganismo más contagioso con el que la humanidad se ha enfrentado (20 veces más infeccioso que la gripe), y según los modelos epidemiológicos, mientras no haya una vacuna, o se logre inmunidad de grupo, con una sola persona que sea portadora del virus, existe el potencial de explotar nuevamente otra pandemia.

Hay que aceptar que la cuarentena permanente e indiscriminada, no es un modelo viable en el largo plazo, ni siquiera en el mediano plazo. Si se cierra la economía, habrá más muertos por hambre que por Covid-19.
La solución ya está disponible, los chinos y coreanos, han sido exitosos por la gran cantidad de pruebas que han realizado, de esta manera han podido segmentar la población en grupos: 1. Infectados que deben estar aislados, pueden ser económicamente productivos bajo ciertas reglas estrictas 2. Enfermos, aislados y recibiendo tratamiento médico. 3. Autoinmunizados que son aquellos que se infectaron, pero no sufrieron la enfermedad o los síntomas fueron muy leves ya tienen anticuerpos (defensas) contra el virus y deben seguir moviendo la economía. 4. Susceptibles, que son aquellos que no han tenido contacto con el virus, y deben seguir siendo monitorizados, pero que también deben seguir siendo económicamente activos y 5. Población de riesgo, que son personas mayores o con comorbilidades, que las hacen especialmente vulnerables a esta enfermedad, para los cuales se le deben desarrollar protocolos de prevención.

La aplicación de un modelo de confinamiento inteligente propuesto por el instituto Weizman de ciencias de Tel Aviv (2) que es prácticamente lo que han adoptado China y Corea para contener la pandemia, implica unos cambios sociales profundos, en el que dos aspectos tomarán relevancia: la asepsia y la tecnología de vigilancia.
En la coyuntura actual según BCG (3), algunos sectores se están viendo beneficiados (productos alimenticios, productos de cuidado del hogar, productos farmacéuticos, servicios de salud) y muchos dependientes de la aglomeración de personas se ven afectados (restaurantes, cines, gimnasios, espectáculos, etc.). En un escenario realista, esta tendencia se mantendrá por meses y tal vez años, siempre con el riesgo de brote de una nueva pandemia.
Por lo tanto, las personas nos acostumbraremos a sacrificar mucho de intimidad y libertad, por un poco de seguridad y salud.
En este orden de ideas, la normatividad actual de protección de datos, no será aplicable en el mediano plazo, las bases de datos estarán disponibles para que las autoridades sanitarias tengan métodos de establecer si tuviste o no contacto con un probable caso, y serás clasificado de acuerdo al riesgo, se te permitirá o no el acceso a determinadas oficinas, comercios o países de acuerdo a tu score de riesgo epidemiológico, cosa que, para muchos, rayará en los límites de la discriminación.
Probablemente el score de riesgo epidemiológico, será tan o más importante que tu calificación ante las centrales de riesgo.
Suena a ciencia ficción, pero hoy en día con el monitoreo de tu teléfono celular, con los datos que has aportado en redes sociales, con las bases de datos de empresas como Amazon, Facebook, Google, Microsoft, Yahoo, Alibaba, y el uso del BigData y la Inteligencia Artificial, ya es posible hacerlo.
Por otro lado, se desarrollará toda una industria alrededor del negocio de la asepsia, contaremos en los hogares con contabilizadores de virus en el ambiente, tal como lo muestra un artículo del día de hoy publicado en el diario el tiempo (4), desinfectantes de alimentos, las puertas de la entrada a lugares públicos también tendrán dispositivos especiales para descontaminar.
Otra tendencia que se registrará será lo que yo llamo la desmigración, que es el retorno de las personas de la ciudad al campo, donde, indudablemente la calidad de vida será mucho mejor.
No todo es malo, la nueva dinámica nos obligará a permanecer más tiempo en el hogar, lo que hará que la siguiente generación llene el vacío afectivo que tenemos en la nuestra. Es probable que patologías como la depresión, farmacodependencia e incluso los suicidios se vean reducidos a su mínima expresión.
En conclusión, mi predicción es que viviremos una dicotomía, pues este “bicho” que nos obligó a ser una sociedad tecnológicamente dependiente, también no enseñó a ser una sociedad más humana. Esperemos que los líderes, gerentes, presidentes, directores y todos los que ostenten una posición de poder, también hayan aprendido una lección de humildad que nos está dando la naturaleza.
Andrés Naranjo Cuéllar. Médico y Cirujano (USCO – Colombia); MBA (AISM – USA); Máster en Marketing Farmacéutico (UNED – España); Maestrando Ciencias de la Nutrición (VIU –España); Especialista en Alta Gerencia (USCO – Colombia).
Mensaje de Arne Sorenson, CEO de Marriott, para sus asociados. Humildad y vulnerabilidad ante el Covid-19
BIBLIOGRAFIA
(2) https://wis-wander.weizmann.ac.il/life-sciences/intermittent-lockdown
(3) https://www.bcg.com/en-co/publications/2020/covid-consumer-sentiment-survey-snapshot-3-23-20.aspx
Créditos:
https://pixabay.com/videos/system-web-news-personal-figures-697/
Conversación casual con el Dr. Oscar Castañeda, Dermatólogo y Empresario.