En la presidencia de Richard Nixon en los años 70´s, se lanzó la política de “Guerra contra las drogas”, en parte como respuesta a la contracultura hippie de ese momento. Se prohibieron una gran cantidad de sustancias y se detuvieron múltiples investigaciones que se estaban desarrollando con productos con potencial terapéutico.
Uno de esos damnificados fue la psilocibina, su uso fue proscrito y ahora, más de cincuenta años después, ha vuelto a resurgir como una alternativa para el manejo de enfermedades psiquiátricas.
La psilocibina es un hongo, los hongos pertenecen a una familia exclusiva, aunque parecen plantas, no hacen parte de ellas. En Colombia, la principal fuente de psilocibina es el hongo de la especie Psilocybe cubensis.

Imagen 1. Fotografía de Psilocybe cubensis.
En comunidades indígenas de Centroamérica tienen una tradición ancestral, el uso de los hongos de la especia Psilocybe y Stropharia sirven para rituales religiosos y remedios para enfermedades. (López-Saenz, 2017).

Imagen 2. Fotografía de María Sabina (1894-1985), indígena nacida en Oxaca México, popular por transmitir los conocimientos ceremoniales y curativos de los hongos, que quedaron plasmados en artículos del micólogo aficionado y banquero Robert Gordon Watson.
Psilocibina y enfermedades mentales.
En el año 2018 la enfermedad psiquiátrica más común a nivel mundial era la ansiedad con aproximadamente 284 millones de casos; en segundo lugar, la depresión con 264 millones de casos; además, los estudios epidemiológicos revelan que aproximadamente 800 mil personas cometen suicidio anualmente (“The Therapeutic Potential of Psilocybin,” 2022.).
Después de la pandemia estos índices se han incrementado de manera importante, y se requieren nuevas herramientas terapéuticas para tratar estas patologías.
El tratamiento con psilocibina para los trastornos mentales no está aprobado en Colombia, solamente está aprobado en Australia, pero la falta de aprobación por las autoridades, no significa que no sea efectivo o que no sea seguro.
En efecto, la psilocibina es una sustancia muy segura, tiene baja toxicidad, efectos secundarios mínimos, no hay reportado ningún caso de muerte por psilocibina, y tiene nula capacidad para producir dependencia (Więckiewicz et al., 2021).
Como afirmó Paracelso en el siglo XVI “Si una cosa es veneno o no, depende solamente de la dosis”, y en el sentido estricto, la psilocibina si puede ser una sustancia tóxica, pues tiene el potencial de producir estados psicóticos artificiales.
Sin embargo, los estudios han revelado que el funcionamiento cerebral provocado por la psilocibina, difiere fundamentalmente de los que se presentan en psicosis causadas por enfermedades mentales, pues la psilocibina no tiene afinidad por los receptores dopaminérgicos D2, que están sobre estimulados en los pacientes esquizofrénicos. (Evans et al., 2000).
Psilocibina en depresión.
La psilocibina para tratamiento de la depresión se puede administrar en micro dosis (dosis muy pequeñas suministrada todos los días), o en macro dosis. (dosis mayor a 0,3 mg/Kg de peso por sesión con sesiones con intervalos de una semana).
En paciente resistente al tratamiento con fármacos, la terapia con macro dosis tiene una remisión del 75% a tres meses y 58% al año de realizar el procedimiento (Więckiewicz et al., 2021).
Un estudio de revisión sistemática que se publicará el próximo mes de noviembre en la revista Psychiatric Research, que incluyó 21 ensayos clínicos con tratamiento para depresión mayor con psilocibina, llegó a la conclusión que la psilocibina ejerce un fuerte efecto antidepresivo (Haikazian et al., 2023).
Psilocibina y ansiedad.
La ansiedad frecuentemente acompaña la depresión, varios de los estudios clínicos aquí citados, evaluaron los efectos de este medicamento en la ansiedad con resultados positivos frente al placebo (Haikazian et al., 2023).
Psilocibina y Trastorno Afectivo Bipolar (TAB).
Los estudios clínicos con psilocibina para TAB son nulos, la teoría dice que el uso de psilocibina en estos pacientes exacerbaría o los pasaría a un estado maníaco.
Sin embargo, en mi práctica médica he podido tratar varios pacientes con esta condición, en estados depresivos resistentes a los medicamentos psiquiátricos, sin que ese efecto se produzca.
Debido a la falta de estudios clínicos, unos investigadores decidieron realizar una encuesta a 547 pacientes con diagnóstico de TAB que se habían automedicado con macro dosis de psilocibina.
De estos el 40% estaban tomando medicación psiquiátrica en el momento de realizar la sesión, y 70% de estos pacientes manifestaron reducción de la medicación posterior a la sesión.
Los efectos adversos más comunes en los siguientes catorce días después de la sesión: síntomas maníacos (14,2%); insomnio (10%); ansiedad (9,4%); persistencia de síntomas depresivos (9,4%). 214 pacientes (39%) refirieron solo síntomas positivos (Morton et al., 2023)
Mecanismo de acción de la psilocibina.
El mecanismo de acción de la psilocibina, en resumen, es ejercer un agonismo sobre los receptores 5HT-2A. Este receptor activa la vía serotoninérgica y normaliza la actividad de zonas del cerebro que durante la depresión están hiperactivas, como por ejemplo la corteza prefrontal medial. (Ling, 2022).
Sin embargo, hay otros mecanismos implicados que se empiezan a dilucidar: cambios en la expresión génica, mejora de la neuroplasticidad y efectos indirectos sobre la conducción de las vías dopaminérgicas y glutaminérgicas (Calder & Hasler, 2023) (de Vos et al., 2021).

Imagen 3. Mecanismo de acción de la Psilocibina. La psilocibina se metaboliza primero a psilocina, que se une a los receptores 5-HT2A, provocando mejoría de la ansiedad y depresión.
Neurobiología de la psilocibina.
Según la teoría de los tres cerebros del Dr. Paul McLean, el cerebro humano es el compendio de tres cerebros, todo en uno:
Cerebro reptiliano: ganglios basales, tronco encefálico y cerebelo. Se encargan de las funciones para la supervivencia inmediata, se encarga de conductas simples e impulsivas (miedo, enfado etc.).
Cerebro límbico: incluye varias estructuras como la amígdala, circunvolución del hipocampo, circunvolución cingulada. Su utilidad tiene que ver con las emociones y el aprendizaje a partir de las experiencias.
Neocortex: área prefrontal y sustancia gris del cerebro. Se encarga de todas las actividades complejas del cerebro, desde planificar, pensamiento deductivo e investigativo.

Imagen 4. Esquema representativo de la teoría de los tres cerebros de Paul MacLean.
En los trastornos mentales, el funcionamiento de los tres cerebros se encuentra alterado. Los modelos que los investigadores han desarrollado para explicar la acción de la psilocibina en las enfermedades mentales han sido dos:
Modelo cortico-subcortical.
El tálamo que es un área anatómica que se encuentra en el centro del cerebro, y es el encargado de coordinar todas las conexiones entre las diferentes áreas del cerebro, juega un papel importante en este modelo.
Este modelo estipula que la psilocina al unirse a los receptores 5-HT2A del tálamo disminuye la actividad eléctrica tálamo-cortical, e incrementa la funcionalidad de las conexiones entre el tálamo y las cortezas sensitivas (reduce el filtro de los estímulos sensoriales que realiza el tálamo).
De esta forma, la psilocibina actúa como un filtro en el hipotálamo, que premite que los estímulos del exterior y la intropección afloren; mientras apaga las conexiones que soportan los síntomas psiquiátricos.
Modelo REBUS (Relax beliefs under psychedelics).
La “red neuronal por defecto” que son zonas anatómicas del cerebro que se activan durante el reposo, cuando la persona está divagando, se encuentran alteradas en las enfermedades mentales.
El funcionamiento inadecuado de la “red neuronal por defecto”, es la responsable de los pensamientos negativos de recurrentes, rumiaciones en la depresión; o las dudas patológicas en el trastorno obsesivo compulsivo.
La psilocina “apaga” la red neuronal por defecto mientras que “activa” otras zonas corticales sensitivas del cerebro (visual, auditiva).
De esta manera mejora los síntomas de las enfermedades psiquiátricas.
Conclusión.
La psilocibina es un recurso subutilizado para tratar enfermedades mentales, se hace necesario que su uso sea autorizado y regulado por las autoridades sanitarias en Colombia, para darle a los pacientes una alternativa segura y efectiva.
Bibliografía.
Calder, A. E., & Hasler, G. (2023). Towards an understanding of psychedelic-induced neuroplasticity. In Neuropsychopharmacology (Vol. 48, Issue 1, pp. 104–112). Springer Nature. https://doi.org/10.1038/s41386-022-01389-z
de Vos, C. M. H., Mason, N. L., & Kuypers, K. P. C. (2021). Psychedelics and Neuroplasticity: A Systematic Review Unraveling the Biological Underpinnings of Psychedelics. In Frontiers in Psychiatry (Vol. 12). Frontiers Media S.A. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2021.724606
Evans, R., Hofmann, A., & Rälsch, C. (2000). PLANTAS DE LOS DIOSES, las fuerzas mágicas de las plantas alucinógenas (Fondo de Cultura Económica de México, Ed.; 1st ed., Vol. 1).
Haikazian, S., Chen-Li, D. C. J., Johnson, D. E., Fancy, F., Levinta, A., Husain, M. I., Mansur, R. B., McIntyre, R. S., & Rosenblat, J. D. (2023). Psilocybin-assisted therapy for depression: A systematic review and meta-analysis. Psychiatry Research, 329, 115531. https://doi.org/https://doi.org/10.1016/j.psychres.2023.115531
Ling, S. et al. (2022). Molecular Mechanisms of Psilocybin and Implications for the Treatment of Depression. CNS Drugs. https://link.springer.com/article/10.1007/s40263-021-00877-y
López-Saenz, J. (2017). Los Alucinógenos (CSIC, Ed.; 1st ed.).
Morton, E., Sakai, K., Ashtari, A., Pleet, M., Michalak, E. E., & Woolley, J. (2023). Risks and benefits of psilocybin use in people with bipolar disorder: An international web-based survey on experiences of ‘magic mushroom’ consumption. Journal of Psychopharmacology, 37(1), 49–60. https://doi.org/10.1177/02698811221131997
The Therapeutic Potential of Psilocybin. (n.d.). Lowe, Henry et Al. Retrieved October 24, 2023, from https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8156539/
Więckiewicz, G., Stokłosa, I., Piegza, M., Gorczyca, P., & Pudlo, R. (2021). Lysergic Acid Diethylamide, Psilocybin and Dimethyltryptamine in Depression Treatment: A Systematic Review. Pharmaceuticals, 14(8). https://doi.org/10.3390/PH14080793