La pandemia del coronavirus mostró lo vulnerable que en realidad es el ser humano, cuando nos creíamos reyes del universo, nos dimos cuenta que un microorganismo que ni se ve, fue capaz de ponernos en jaque.
Sabemos que se transmite a través de gotas por tos o estornudos, tiene un alcance hasta de tres metros, su periodo de inoculación es de aproximadamente 14 días antes de aparecer los síntomas, pero tiene la capacidad de matar una persona en 17 días desde su contagio.
Se manifiesta con fiebre persistente, tos seca, dolor de cabeza, dolor de garganta y dificultad respiratoria progresiva.
Las complicaciones empiezan 8 días después de iniciar el cuadro clínico. Tiene un periodo de latencia de 14 días (hasta 14 días la persona sigue secretando el virus). Tienen mayor susceptibilidad las personas mayores de 60 años, y las personas que tienen alguna enfermedad crónica, especialmente del corazón y diabetes. Los menores de 10 años tienen una mortalidad casi cero, pero son grandes transmisores.
El 80% de los pacientes tendrán enfermedad leve (gripa), 15% requerirán oxígeno, 5% necesitarán UCI con ventilación mecánica y 3% morirán
El virus tiene una sobrevida de 2 días en objetos plásticos y si el objeto está húmedo puede llegar a 28 días. El agua y el jabón matan el virus.
Las principales medidas para contener el virus son el lavado constante de manos y el aislamiento social.
El coronavirus es un virus especialmente transmisible, tiene una tasa de expansión exponencial, cada persona infectada puede llevar el virus a otras dos o tres. Países que han hecho bien su trabajo, como China, Taiwán, Tailandia, Singapur y Japón, han logrado controlar el virus (Todos ellos tienen en común, que aprendieron cuan viral y letal podría llegar a ser, pues se vieron afectados por el SARS en el 2003). Pero otros países que han tomado medidas tardías, están viendo sus efectos devastadores, como es el caso de Italia, Irán, España y posiblemente el que sigue sea Francia.
La letalidad de este virus es cifrada por la OMS en 3.4% (20 veces mayor que el de una gripe común).
Pero en realidad depende de las medidas tomadas para la mitigación del daño y la contención del mismo; así los países del primer grupo, tienen una mortalidad del 1%, pero en los países que tomaron medidas tardías la mortalidad llega al 6%, precisamente por el colapso de los sistemas de salud, pues las camas de UCI, ventiladores y equipos necesarios, no van a dar abasto para tantos enfermos complicados.
El caso de Italia es escalofriante, los pacientes han inundado las salas de urgencias. El personal médico pasa horas con el mismo material protector, colapsan de cansancio y muchas veces ya enfermos. El peor escenario se ve en las UCIs, en donde el personal sanitario “debe decidir” que paciente usara un ventilador, en otras palabras, quién vive y quién muere.
En palabras textuales del Dr. Christian Salaroli, médico italiano: “Al cabo de unos días tenemos que elegir… No todo el mundo puede ser entubado. Decidimos en función de la edad y estado de salud”.
El objetivo real, es tomar las medidas necesarias para lograr que la infección se extienda entre la población con la suficiente lentitud, para evitar que los servicios de salud colapsen. En otras palabras, necesitamos aplastar la curva
Pero el trasfondo del asunto va más allá, todo lo que ha pasado es una situación que nos lleva al menos a hacer un ejercicio de introspección como sociedad.
Cuando la tierra se encuentra más contaminada, surge un germen con el poder de colapsar la economía mundial. Al mismo tiempo que el coronavirus ahoga vidas, le da un respiro al planeta, liberándolo de un 20% de su polución ambiental.
En un aspecto más individual, en la era 4.0 de globalización e interconexión, este virus nos obliga a confinarnos en nuestros propios hogares, pero a la vez nos permite reencontrarnos con nuestros seres queridos, con quienes vivimos, pero con quienes no hablamos. En otras palabras, nos vuelve a lo básico, a la familia. ¡Un microbio mortal nos está enseñando a vivir de verdad!
Algo debemos estar haciendo mal como especie, que hasta la misma madre tierra se revela contra sus hijos. Todo tiene un límite. Ojalá tengamos la suficiente inteligencia para leer esta advertencia.
ANDRÉS NARANJO CUÉLLAR.
Médico y Cirujano – USCO (Colombia). Candidato a Máster en Ciencias Avanzadas de la Nutrición – VIU (España).
BIBLIOGRAFIA
Pérez, Carlos. Infectólogo Universidad Nacional de Colombia.
Pueyo, Tomás. Coronavirus, ¿Por qué debemos actual ya? Medium.com
Caso de suerpropagación de Coronavirus en Corea del Sur. Reportaje de BBC 20 de febrero 2020
¿Cómo vencer la pandemia del coronavirus? El espectador 11 de marzo 2020.